Monday, October 24, 2005

La necesidad de un marco legislativo en Salud Reproductiva.

Desde la Primera Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos celebrada en 1968 hasta la actualidad, el tema de salud reproductiva ha estado en permanente discusión. Esto lo podemos entender a partir de la propia definición que emitió las Naciones Unidas durante la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en 1994, señalando a la salud reproductiva como un estado de bienestar físico, mental y social antes que una ausencia de enfermedad o dolencia física.
Así, los derechos que se generan a partir de este tema conocido como derechos reproductivos son la conjunción los derechos fundamentales relativos a salud y educación con los relacionados a autonomía, libertad y seguridad individual. Esto debido que, la ejecución de los derechos implica el acto de decidir libre y responsablemente el número de hijos y el momento de tenerlos, así como de disponer de la información, consejería y servicios para lograrlo. La salud reproductiva debe ser vista como un tema ideológico-social antes que como un tema médico-clínico. Si bien el tema posee aspecto biológico importante son las implicaciones ideológicas y sociales las principales fuentes de limitaciones en el tema. En países donde temas como el aborto, homosexualidad o VIH/Sida todavía son tabús, es lógico encontrar un déficit en cuanto a la aplicación de una acertada política sobre salud reproductiva, puesto que, sus gobiernos todavía dan mayor prioridad a los aspectos clínicos y médicos, restando importancia a la educación e información. La situación de la salud reproductiva en el Perú es un tema cojo, pues si bien se han suscrito declaraciones, no ha existido una eficaz puesta en práctica. Además, una orientación hacia lo médico-clínico ha generado que el tema de salud reproductiva se encuentre casi en su totalidad ligada a mujer.
Una visión parametrada del tema, relaciona la problemática de las ITS, planificación familiar, antioconceptivos, aborto, VIH/SIDA, directamente con la mujer asumiendo que ella debe ser la encargada de decidir por ejemplo, el método anticonceptivo.
Sin embargo, la falta de conocimiento y acceso a información desencadenan consecuencias tan alarmantes como el número de abortos inducidos practicados ilegalmente en el país, muchos de los cuales son la causa de la mortalidad materna en el país. Una Ley General de Salud Reproductiva se vuelve necesaria en países como el nuestro, donde la posición al respecto se vuelve ambigua por la participación en la toma de decisiones de personas o instituciones donde, lo religioso prima sobre lo racional; dejando a los más pobres, económicamente impedidos de acceder a los información y servicios de la Planificación Familiar, por ejemplo. Esta ley debe ser concebida como una herramienta para conocer y actualizar las cifras que se manejan sobre ITS, VIH/SIDA, abortos y métodos anticonceptivos. Así como, proponer un enfoque que vaya más allá de lo médico clínico y desde una perspectiva ideologico-social que busque la prevención y promoción de la salud reproductiva. Esto permitirá el surgimiento de opiniones, posiciones y acciones basadas en el conocimiento, que desmitifiquen el tema y logren acciones coherentes para el desarrollo. A través de una ley que plantee prioridad al tema de educación antes que la atención clínica en el tema, no sólo se lograría la disminución de contagios por ITS o VIH/SIDA, los embarazos no deseados o los abortos ilegales, sino que además se permitiría alcanzar una mayor participación masculina en el tema, logrando así una igualdad de género respecto al tema. En resumen, una política eficaz en Salud Reproductiva será aquella que no busque curar la enfermedad sino más bien prevenirla con programas de educación y concientización.

Publicado originalmente en: Alerta Salud, Nº 35 año III